La Junta da otra vuelta de tuerca a los recortes en la sanidad.
Mientras por un lado la Consejería de Salud ha anunciado la reanudación de
las obras del hospital materno infantil de Almería, paradas
desde hace cinco años por los impagos de la Junta, por otro ha dado una
vuelta más de tuerca a sus recortes al no reabrir plantas hospitalarias
cerradas en verano, como ocurre en Huércal-Overa, y cerrando 14 camas en
la tercera planta el Hospital de la Cruz Roja de la capital, con la
consiguiente disminución de personal.
Este último centro, dependiente del Complejo Hospitalario Torrecárdenas,
mantiene, además, su primera planta cerrada por completo desde
hace dos años, según Salud debido a que se mantiene como zona de cuarentena
para los contactos de pacientes afectados por patologías infecciosas, algo que,
sin embargo, no es sino «otra excusa más» para la Junta de Personal.
Ha sido ésta quien ha informado del cierre de las 14 camas de la tercera
planta, a pesar de que «la Gerencia ni siquiera ha tenido la decencia ni la
valentía de informar a los representantes de los trabajadores». Según añade, el
personal de enfermería fue citado para una reunión con la Dirección para
informarles del «cambio en la política asistencial en esta área, siguiendo las
instrucciones del SAS y disminuyendo el número de camas de 2
4 a 10, y de que, además, se reducirá el personal».
4 a 10, y de que, además, se reducirá el personal».
«No consideramos que ésta sea una buena política asistencial, a no ser que
lo que prime en la actualidad sea la economía frente a una asistencia sanitaria
pública decente», expone Manuel Martínez Olivares, presidente de la Junta de
Personal de Torrecárdenas.
El órgano de representación de los trabajadores del hospital ha convocado
una concentración el próximo 17 de octubre para protestar por estos
nuevos recortes y para denunciar públicamente la imposición de la Dirección del
Complejo Hospitalario Torrecárdenas, «a espaldas de los representantes de los
trabajadores, de medidas que afectan al número de empleados, a las condiciones
de trabajo, y sobre todo a la población».
La Dirección de Torrecárdenas ha respondido a estas denuncias afirmando
que «es absolutamente falso que se haya producido el cierre de la tercera
planta del Hospital Cruz Roja, que permanece abierta y todas sus camas están
disponibles para su ocupación inmediata en el caso de que sea necesario».
Es decir, el mismo argumento que el utilizado para justificar el cierre de
camas en verano, al considerar que están «en reserva», no cerradas. Hay que
tener en cuenta que estos cierres de camas se producen a pesar de las continuas
quejas de profesionales y pacientes por el colapso del Hospital de referencia
de la provincia, que lleva a que con frecuencia los pasillos de Urgencias se
encuentren repletos de camillas por falta de espacio en planta.
El caso de
Huércal-Overa
Y mientras en Almería se siguen cerrando camas, en el Hospital de
Huércal-Overa no se ha abierto aún la mitad de la planta de Medicina Interna,
cerrada antes del verano. Este hecho ha llevado a la parlamentaria andaluza del
PP Rosalía Espinosa a reclamar explicaciones al consejero de
Salud, Aquilino Alonso, al entender que se trata de una situación «muy grave»,
al ser una planta especialmente importante porque acoge a personas mayores, que
«evidentemente pueden estar sufriendo altas tempranas».
Espinosa dice no alcanzar a entender que la mitad de la planta siga cerrada
cuando, según las cifras de listas de espera de la propia Delegación de Salud,
en el hospital de la Inmaculada hay 631 personas esperando para ser
intervenidas quirúrgicamente, 390 aguardando pruebas diagnósticas y 4.088 a la
espera de una primera consulta con el especialista.
La parlamentaria señala que las primeras citas con los especialistas en
Traumatología se dan en Huércal-Overa «transcurridos 50 días o más después de
solicitarlas, y para la segunda suelen pasar hasta cuatro o cinco meses, y en
el caso de Dermatología es todavía peor, ya que suelen tardar casi tres meses
en dar la primera cita».
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